
(Para Rubén Cárcamo Bourgade)
Arquitecto de azules
hacedor de alturas,
te elevas y custodias
dimensiones geométricas,
te columpias bajo el sol
hacia la cima del monte San Cristóbal
dónde despliegas tus tablas
con bravura profética,
tus códigos de poeta,
los justos arcanos
encofrados de incógnitas
a la sombra abstracta
y dócil de la Madre.
Vestida de nubes,
subo vertical los veintitrés cristales
que serán cincuenta y dos
en otro espacio,
y próximo tiempo...
Intento el equilibrio
mientras cuelgo de tu ventana
un manantial brioso que mitigue
el cansancio y la sed
cuando aparezcan.
.
.
Che, me quieres matar de asombro
ResponderEliminar¿viste que con foto es mejor? Gracias; con esas voces de aliento no será posible el cansancio
Amiga leí tu homenaje y ahora veo que tu amigo quedó sin aire, me alegró mucho por eso y me alegra leer letras tan buenas como las tuyas. Besitos. Magda
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