los tilos se adueñan de las veredas del verano, siempre
diciembre tiene el vértigo de sus pinceladas amarillas
el polen de sus flores no da tregua
y somos anónimas abejas, miel dorada
el aroma del aire embriaga pájaros
piedras
hombres
sueños y promesas
que descansan bajo sus tupidas sombras
al fresco reparo del incendio del sol
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