Władysław Anders, nacido en Polonia el 11 de agosto de 1892 y fallecido en Londres en 1970, fue un militar polaco, que alcanzó el grado de general, destacándose por su participación en la Segunda Guerra Mundial, durante la que mandó el II Cuerpo de Ejército polaco en el Teatro de Operaciones europeo y anteriormente en la Campaña en África del Norte.
El general Wladyslaw Anders había salido de la URSS por la frontera de Irán con 115.000 hombres, mujeres y niños polacos en el verano de 1942. Stalin había decidido permitir su salida porque en esas fechas la URSS se hallaba nuevamente en peligro ante el avance imparable de las tropas nazis hacia el Cáucaso. El líder soviético no quería tener problemas con sus aliados anglosajones. Además, alimentar, vestir y armar al contingente polaco le suponía un esfuerzo que no estaba dispuesto a soportar. Después de pasar por Irán los hombres de Anders recalaron en Irak, que era de facto una colonia británica. Una vez organizados, se trasladaron al mandato británico de Palestina, donde culminaron su adiestramiento de forma más que satisfactoria. Curiosamente, aprovechando la estancia en Palestina, tres mil soldados polacos judíos, el setenta y cinco por ciento de los judíos integrados en el contingente, desertaron para integrarse en las organizaciones terroristas sionistas que actuaban tanto contra los palestinos como contra las tropas británica acantonadas en Tierra Santa. Uno de estos desertores era Menahem Beguin. Las tropas de Anders, después de recibir más refuerzos de polacos exiliados, formaron el II Cuerpo de Ejército integrado en el VIII Ejército británico que habría de luchar con bravura en Italia durante el resto de la guerra.
¿qué hago con ésta nieve en mis pestañas?
me pesan las botas gélidas
de tantos días sin sol
pasaron décadas
generaciones
huesos y consecuencias
y sigue ahí
el choque silencioso de la nieve que no está
cómo si en el umbral de mi llanura verde
se desangrara inaudible la voz de una metralla
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borda carpetas
con fibras del cactus
por trozos de pan
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cuando salimos del gélido infierno
éramos un ejército de ánimas
¿condenadas a vencer?
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-¿Qué papeles...?
-Los escritos de tu padre desde que inició la guerra hasta que terminó.
Los mapas, los dibujos.
No nos importan los originales, sino las fotocopias.
Me pregunté si el dolor se fotocopia.
Los originales tienen el sudor y el miedo
la sangre derramada
el temblor de las amapolas
Las copias son grasa de engorde.
El NO fue rotundo.
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Mi padre Zbigniew Jan Zwetschek , como tantos polacos, sintió un eterno agradecimiento por el General Anders por haberlos liberado de Siberia. Cuando murió en Londres en 1970 la colectividad polaca dispersa por el mundo, en honor a su recuerdo organizó diversos funerales. En Buenos Aires mi padre fue uno de los ex soldados que vestidos con sus uniformes originales realizaron la guardia de honor ante el ataúd cubierto por la bandera roja y blanca.
Recuerdo cuando mamá sacó del viejo baúl de madera el traje verde militar. ¡Habían pasado tantos años...! Olía a naftalina. Sin embargo lo vistió como si el tiempo no hubiese transcurrido. Tomó el colectivo, luego el tren , ante miradas incrédulas más de uno dudo de su cordura . Sin embargo estuvo allí presente, orgulloso de su historia y de su bandera con la emoción de los agradecidos. Mi padre, un apátrida.
;SIGNIFICADO DE ALGUNAS PALABRAS:
apátrida: Se aplica a la persona que carece de nacionalidad legal por habérsela retirado su país de origen o por haber renunciado a ella, generalmente por razones políticas.
alta traición: Delito que comete una persona cuando atenta contra la soberanía, la seguridad o la independencia del estado al que pertenece..
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Aunque me queda lejos esa historia, esas batallas, independientemente de sus colores y de sus banderas, no soy ajeno a ellas, nos une la misma sangre universal y planetaria, apátrida. Un abrazo
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