te sigo
no te preguntes
sólo me muerde los pies el gato
¡si lo vieras...!
vos y tus diosas
no comprenden éste parque
te sigo
amarrada al coletazo de un cometa
con asombro
y hambre
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BODAS
me oprimen las promesas de las bodas
y sus lluvias
iré cantando
con las manos desnudas
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ESPOSA
ella lo tiene todo
la llave y el indulto
la promesa
el tributo
el imán de la historia
y una flor dormida en su oreja
dije dormida, no muerta
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APENAS
madreselva
gotas del arpegio
soporta el filo de esta lanza
entre el costado lacerado
y mis rodillas
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TUYA
será apenas un susurro
el olvido que acontece
un susurro que te envuelve
más allá del silencio
un roce ausente
en la voz del viento
resistir
resistir más allá de las lluvias
perennes
.
Tenía yo tal vez, unos seis años, siete. Mordía en casa de mi abuela algunos amargos tallos
ResponderEliminarde la madreselva . Sus tallos eran gruesos para mis labios. Crecían en el entramado de las paredes orientadas al norte. Y eran hermosas sus mezquinas flores, su espeso verdor, el sol allí siempre tibio y no daba para más. Por alguna extraña razón, por una visión desconocida – que ahora entiendo - la mordí, como mordí todas las cosas que pasaron a corta distancia de mis labios; mordí la tierra, mordí las flores, mordí la lana, la corteza de los árboles, el pasto y el sabor persiste amargo al leer estos versos. ¿Por qué?
Me gustó mucho.
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